miércoles, 13 de octubre de 2010

Preferiría no hacerlo

La sostenibilidad o sustentabilidad es el concepto de moda en la arquitectura actual.
Una función que implica la suma de nuevos especialistas y técnicos en los equipos de arquitectos y constructores para lograr edificios que contemplen sus implicaciones ambientales, económicas y sociales. Cada década, aproximadamente, los arquitectos sufren la invasión de una palabra mágica ante la que muchos sucumben y a todos afecta en sus modos de trabajar.
Este desplazamiento desde lo mecánico a lo energético muestra con precisión el abandono de una concepción moderna de la arquitectura basada en la seriación modular y en la materialidad industrial. Pero sólo si hay una verdadera idea de belleza escondida entre tanta retórica será posible que la sostenibilidad signifique algo y esté aquí para quedarse.

Al estudio francés Lacaton&Vassal le fue encargado remodelar la plaza de Léon Aucoc de Burdeos (1996). Ellos la vieron agradable para sus usuarios, así que decidieron que “preferirían no hacerlo”, y dedicaron parte del presupuesto a renovar su gravilla, reparar sus bancos, sustituir algún bordillo –“¿por qué hay que hacer algo espectacular, qué culpa tienen los ciudadanos?”-- se preguntaban. La satisfacción de los vecinos ante esta acción fue enorme.
El concepto es no remodelar para lograr efectos espectaculares sino para que los vecinos estén conformes y cómodos; hacer lo que hace falta y no lo que luzca. Preguntar al ciudadano qué necesita, a su propio nivel, no a un supuesto nivel “intelectual”. Como dice Cabral: “vuele bajo, porque abajo está la verdad”. No por casualidad el rechazo hacia la manipulación tecnológica de la sostenibilidad implica un intento de volver a empezar desde el principio, de devolver una cierta naturalidad o normalidad al papel de la arquitectura y del diseño en la ciudad y la vida cotidiana.